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Deudas
¿Qué hacer primero: ahorrar o pagar deudas?
Publicado por Kosmos
17/02/2025 01:02h
Decidir cuál de los dos hacer primero depende de cómo esté tu situación financiera. Si tienes deudas con intereses muy altos, sería mejor pagarlas primero. Y si no tienes un fondo de emergencia, esa debería ser prioridad.
En este artículo
Los ahorros son importantes para tener estabilidad financiera, pero pagar deudas también es importante por el mismo motivo. Tienes que hacer ambos, pero generalmente toca elegir uno en el cuál enfocarse primero. Esta elección puede ser complicada, así que aquí te guiamos para que tomes la mejor decisión para tu situación particular.
Disipando mitos sobre el ahorro y las deudas
Una de las dudas más comunes cuando se trata de ahorrar es saber si realmente vale la pena hacerlo. Por allí circulan muchos mitos, como que solo tiene sentido ahorrar si tienes mucho dinero o que es mejor tener tus ahorros en casa. Con mitos así, no es raro que tengas dudas, así que primero vamos a aclararlos.
Ahorrar tiene sentido sin importar cuál sea tu poder adquisitivo. Tener un “colchón” de ahorro te permitirá estar más tranquilo y no tendrás que preocuparte por si surgen imprevistos o emergencias. Además, no tienes que ahorrar grandes sumas de dinero cada vez. Si solo puedes guardar 50€ al mes, estarás mejor guardando esos 50€ que gastándolos porque “no tiene sentido”. Poco a poco se pueden conseguir muchas cosas, así que guardar lo que puedas permitirte siempre valdrá la pena.
Por otro lado, el mito de que es mejor guardar tus ahorros bajo el colchón viene de una desconfianza a los bancos y al sistema financiero heredada de nuestros familiares mayores. Pero la verdad es que el banco tiene unas ventajas que tu colchón no, por muy cómodo que sea por la noche. Por un lado, el dinero guardado en el banco no te lo pueden hurtar sin que te des cuenta, ni lo puedes dejar olvidado si tienes que salir corriendo por una emergencia. Por otro, ese dinero que tienes en tu cuenta de ahorro se puede multiplicar gracias a los intereses, de forma que tendrás un poco más de dinero conforme pasa el tiempo.
Con esos mitos de ahorro disipados, hablemos ahora de mitos sobre deudas. El más común es que las deudas son malas y que es imposible pagar un préstamo una vez lo pides. Estos mitos pueden generar mucha ansiedad si te ves obligado a pedir un préstamo alguna vez, así que es importante disiparlos.
Primero, las deudas no son buenas ni malas; son simplemente un instrumento que te puede ayudar o perjudicar dependiendo de cómo lo uses. Pedir un préstamo para abrir un negocio podría ser una buena idea; pedirlo para comprar un capricho, tal vez no tanto. Lo importante es perderles el miedo y entender que si eres responsable, no tienes por qué pasarlo mal con un préstamo.
Segundo, pagar la deuda sí es posible, siempre que actúes con responsabilidad. Estos son algunos consejos para ello:
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Entiende bien las condiciones del préstamo –intereses y plazos de pago– antes de pedirlo.
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No pidas más dinero del que puedes pagar.
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Ten en cuenta las fechas de pago y cúmplelas, no te atrases en los pagos.
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Si por un imprevisto no puedes pagar, negocia con el prestamista una extensión del plazo.
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Si puedes, paga más del mínimo mensual para amortizar la deuda más rápido.
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Si te surge la oportunidad de pagar la deuda por adelantado, tómala.
Ahora sí, ¿cuál de los dos tienes que hacer primero? Te lo explicamos en las siguientes secciones.
Evalúa tu situación financiera actual
Lo primero para tomar una decisión es tener una idea fiel de cómo están tus finanzas:
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¿Cuánto dinero debes?
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¿Cuánto puedes ahorrar al mes?
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¿Tienes ya un fondo de emergencia u otros ahorros?
Saber cuánto debes es bastante sencillo, basta con ver el importe del préstamo o préstamos que has pedido. Para saber cuánto puedes ahorrar solo tienes que tomar tu salario neto y restarle tus gastos fijos (alquiler, servicios, comida, transporte, etc.); el resultado de esa resta es el sobrante del que dispones para ahorrar o utilizar como quieras. Finalmente, si ya tienes algunos ahorros, basta con ver el balance de tu cuenta para saber cuánto tienes.
Analiza los costos y beneficios
Ahora toca sopesar pros y contras de ambos. Primero vamos a mirar los intereses del préstamo. Toma el importe total que tienes que pagar hoy y calcula cuánto tiempo te tomará pagarlo. Luego, aplica los intereses y revisa cuánto tendrás que pagar al final de ese tiempo. Por ejemplo, digamos que debes 1.000€ y que pagando 100€ al mes te tomará 10 meses pagarlo por completo, pero tienes un TAE de 20%. Al final de esos 10 meses vas a tener que pagar 1.166,6€.
Después, haz lo mismo con tus ahorros si ya los tienes en una cuenta de ahorro remunerada. O haz una versión hipotética del cálculo con los intereses de la cuenta que utilizarías si comenzaras a ahorrar hoy. Por ejemplo, digamos que puedes ahorrar 100€ al mes y que la cuenta te da un 3% TAE. Al cabo de esos mismos 10 meses, tendrás 1.025€.
En este apartado también es importante considerar el impacto psicológico. Estar libre de deudas te da una sensación de libertad, mientras que tener ahorros te hace sentir seguro; así mismo, las dos opciones te restan ansiedad y preocupaciones. Considera cuál de las dos sensaciones es más importante para ti. Esto es muy personal y no hay respuesta incorrecta.
Encuentra el equilibrio ideal
Considerando todo lo anterior, podemos tomar una decisión. En el caso del ejemplo anterior, podemos ver que el préstamo tiene un interés alto, por lo que pagar esa deuda debería ser la prioridad. Los dividendos que se van a conseguir al final de los 10 meses por ahorrar no superan la deuda que tendremos en ese mismo tiempo, por lo que pagar la deuda tiene más sentido aquí.
Si el préstamo tuviera un tipo de interés mucho menor y si no tienes ahorros de ningún tipo, entonces tal vez crear un fondo de emergencia primero tendría más sentido. El fondo de emergencias es un dinero ahorrado –generalmente igual a 3 meses de tu salario o más– que puedes utilizar en caso de que pierdas tu trabajo o tengas algún problema de salud..
Pero si tienes la posibilidad de hacer ambas cosas a la vez, esa también es una opción. Esto depende mucho de qué tanto sobrante tienes disponible luego de hacerte cargo de tus gastos fijos y si puedes aumentar un poco ese importe o no. Por ejemplo, si puedes eliminar algunos gastos innecesarios –como el café diario en el bar o esa suscripción que nunca utilizas– y ahora puedes guardar 150€ al mes, entonces podrías destinar 100€ a pagar la deuda y poner 50€ en tu cuenta de ahorro.
Crea un plan para tu futuro
La estabilidad financiera va más allá de pagar una deuda actual o de guardar ese fondo de emergencia. Para poder mantener esa estabilidad necesitas un plan que puedas ejecutar a lo largo de tu vida y que sea sostenible. La idea de tener un plan no es que te obsesiones con ahorrar cada mínimo céntimo ni que te sientas culpable por gastar dinero. Más bien, este plan debería permitirte llegar a un punto en el que el dinero no sea una preocupación constante.
Sobre este plan podemos escribir todo un artículo, así que aquí solo te daremos un par de tips rápidos:
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Ten un objetivo claro y un horizonte, ¿qué quieres lograr y en cuanto tiempo quieres lograrlo? Por ejemplo, tener un fondo de retiro de 800.000€ para cuando tengas 65 años.
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Crea un presupuesto personal y trata de respetarlo cada mes. Este presupuesto tiene que incluir tus gastos fijos, pero también debes añadirle cuánto vas a ahorrar y gastos variables si quieres darte algún gusto.
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Considera otras opciones además del ahorro, como la inversión. Busca asesoría financiera para esto.
Crear el fondo de emergencia y amortizar deudas también son parte del plan, pero eso ya lo vas a hacer luego de leer esto. Elige con cuidado y maneja tu dinero con disciplina y responsabilidad y seguro pronto podrás estar mucho más tranquilo en temas de dinero.
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