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Préstamos con aval

Un préstamo con aval sirve para pedir dinero utilizando un bien (piso, coche), persona o institución como garantía. El tipo más común es el aval con coche. No necesitas ingresos estables y te lo pueden conceder incluso si estás inscrito en ASNEF. En Credilemon tenemos varias ofertas que puedes comparar para encontrar la mejor:

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Préstamos con aval

Un préstamo con aval es un tipo de préstamo en el que tienes un bien (piso, coche), persona o institución como garantía de que vas a devolver el préstamo. Si por algún motivo incurres en impago, el prestamista podría quedarse con el bien como retribución o la persona o institución pasarían a ser responsables de pagar la deuda por ti.

Este tipo de préstamo es útil para personas sin ingresos estables o inscritos en ASNEF que necesiten acceder a financiación. Pero hay que tener en cuenta que esto supone un riesgo de perder los activos o perjudicar a quien te esté avalando.

Tipos de préstamos con aval

Aval personal

En este tipo de aval, una persona avala que pagará el préstamo por ti en caso de que tú no puedas hacerlo. Mientras tú estés pagando las cuotas a tiempo, esta persona no tiene ningún pago que hacer; pero si te quedas sin trabajo o te retrasas en los pagos por otro motivo, entonces sería responsabilidad de esa persona pagar el importe que falta por ti. 

Es importante entender que primero debe quedar demostrado que no puedes pagar por ti mismo. La institución embargaría tu sueldo para recuperar el dinero y si con esto no es suficiente para igualar el importe, podrían hacer lo mismo con propiedades que tengas, siempre que el valor concuerde con el préstamo que pediste. Si con eso sigue sin ser suficiente, o si no tienes propiedades, entonces el avalista tendría que asumir el resto.

Aval con bienes

Este tipo de aval tiene dos subtipos, el aval con coche y el hipotecario.

Aval con coche

Es el tipo de aval más común. Significa que tu coche se utiliza como garantía de que vas a devolver el dinero. El coche sigue siendo tu propiedad y puedes utilizarlo sin problemas, pero si incurres en impago, el prestamista podría quitártelo como compensación por el dinero perdido. El valor de tu coche determina cuánto dinero puedes solicitar y el coche no puede ser muy antiguo, aunque las características específicas dependen de la entidad que da el préstamo. 

Aval hipotecario

Este aval te permite solicitar préstamos por importes más grandes y a plazos más largos, pero los intereses también suelen ser mayores. Puedes utilizar una casa o piso de tu propiedad como aval de que vas a devolver el dinero. Funciona de la misma forma que el aval de coche, en el sentido de que puedes seguir utilizando la vivienda, pero si no puedes pagar las cuotas, el prestamista podría embargarla para recuperar el dinero. La propiedad debe estar pagada en al menos un 80% para poder utilizarla como aval, aunque dependiendo de la entidad podrías necesitar tenerla pagada al 100%

Aval bancario

Este tipo de aval no es tan común. Se trata de que tu banco avale que tú eres confiable y puedes devolver el dinero ante una tercera entidad. En caso de impago, el banco pagará la deuda por ti y luego tú deberás devolver el importe al banco. Probablemente apliquen intereses en este caso. El aval bancario se utiliza sobre todo al momento de alquilar un piso, como forma de que el casero esté seguro de que recibirá el dinero de la renta siempre, aunque no todos los caseros lo piden.

Quién puede avalar

Cualquier persona mayor de edad puede avalar un préstamo para otra persona, usualmente un familiar o amigo. Para poder ejercer como avalista, debes cumplir todos los requisitos que se solicitarían si fueras tú mismo quien pidiera el préstamo. La entidad financiera necesita estar segura de que puedes pagar en caso de que tu avalado no pague, así que deben tener pruebas de que tienes ingresos estables y tus finanzas en regla. También es importante que no tengas deudas impagadas y ayuda mucho si tienes inmuebles completamente pagados. 

Aunque la responsabilidad de pago solo sería tuya en caso de impago de tu amigo o familiar, es posible que si te vuelves avalista, te sea más difícil conseguir un préstamo propio, ya que para los bancos sería más riesgoso prestarte a ti que a una persona que no es avalista.