Un seguro es un contrato entre un cliente- puede ser un particular o una empresa- y una compañía de seguros. Los clientes pagan de forma periódica unas primas de seguro a estas compañías de seguros para protegerse contra eventos o riesgos inesperados.
Entonces, esto significa que no se paga dinero por un producto o servicio, sino que se realizan pagos con regularidad (similares a una suscripción) para que la compañía de seguros cubra cualquier eventualidad que suceda.
Los seguros de vehículos son, seguramente, el tipo de seguro más habitual, dada su obligatoriedad por ley. Cubren los daños tanto del vehículo del asegurado como de terceros.
En otras palabras, el objetivo del seguro de automóvil es principalmente reparar o compensar daños accidentales a vehículos de terceros y al vehículo asegurado. La cobertura principal consiste en un seguro contra los daños causados a terceros durante el uso del vehículo.
Por ley, todos los vehículos a motor del estado español deben contar con un seguro que cubra, al menos, la Responsabilidad Civil Obligatoria. Su objetivo principal es cubrir cualquier daño a terceros- tanto físico como material- que se pueda causar mientras se esté conduciendo el vehículo.
Hay muchos tipos diferentes de seguros en el mercado y, con tantas compañías de seguros, puede resultar difícil encontrar el mejor producto. Por eso es una buena idea contar con un buen asesoramiento y comparar antes de contratar un seguro de coche.