Cómo las deudas te afectan psicológicamente

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Cómo las deudas te afectan psicológicamente

Publicado por Kosmos

20/01/2025 01:01h

Cuando tienes deudas puede sentirse como que eres irresponsable o que estás atrapado y no hay salida, pero no es cierto y aquí te explicamos cómo disminuir esos sentimientos.

En este artículo

Tener deudas es una situación complicada, pero muy común. Todos sabemos que si no pagas los préstamos, esto afecta tu historial crediticio y puede que nadie te quiera prestar dinero. Pero más allá de las consecuencias en el buró, o incluso legales, hay un efecto de tener deudas del que no se habla tanto: el efecto psicológico. En este post analizaremos un poco cuales son esas consecuencias negativas para la salud mental y cómo combatir estos efectos, para evitar que el dinero te robe la paz

 

Los efectos de las deudas

El principal efecto negativo de tener deudas acumuladas es el estrés financiero. El peso constante de tener deudas que pagar y no ver cómo lograrlo causa presión sobre las personas y, si el estrés se prolonga durante mucho tiempo, puede llegar a tener efectos negativos como pérdida de memoria, irritación o ira, e incluso depresión. Pero también puede tener efectos físicos como dolor de cabeza, fatiga y falta de sueño, entre otros.

Según el reporte de bienestar financiero realizado por Invested, Vanguard, Aon y Amedirh en 2023, de 4.615 personas encuestadas, 55,77% sienten estrés por temas relacionados con el dinero. El 37,12% de los encuestados también indicó que las deudas son su principal fuente de estrés. Este es el segundo motivo, por detrás de ahorrar para el retiro.

Gráfico con las principales fuentes de estrés en México

Aunque el estrés financiero es el principal efecto negativo, no es el único. Tener deudas también podría llevarte a sentir:

  • Ansiedad: es una sensación de nerviosismo cuando se piensa en temas de dinero. Podría llevar a tener palpitaciones, sudoración y otros síntomas físicos si se vuelve muy intenso. 

  • Culpa: puede hacerte sentir como una mala persona o alguien incapaz por tener deudas, lo cual puede tener consecuencias negativas en tu autoestima y confianza. 

  • Vergüenza: sentir tensión por pensar que si alguien sabe que tienes deudas, te va a juzgar y pensar que eres mala persona por ello. Puede afectar tu autoestima y confianza y llevarte a hacer lo posible por pretender que todo está bien.

El estrés y la ansiedad son dos problemas que van de la mano, usualmente una persona estresada suele tener síntomas de ansiedad también. Por otra parte, la culpa y la vergüenza también suelen estar relacionados, ya que se piensa que tener o no deudas determina quién eres como persona.

Cuando se combinan varios de estos factores, podrías terminar con un malestar físico y emocional que podría comenzar a afectar todas las otras áreas de tu vida. Por ejemplo, la irritabilidad del estrés podría hacer que reacciones desproporcionadamente mal ante problemas pequeños en el trabajo o en casa. 

 

Cómo combatir los efectos negativos

Las deudas y las preocupaciones financieras son difíciles de evitar por completo, pero sí se puedes disminuir. 

Un primer paso es no demonizar a los préstamos y las deudas. Se podría llegar a pensar que pedir dinero prestado es malo y que debe evitarse a toda costa, pero esto es contraproducente. Si tienes esta visión de los préstamos y las circunstancias te obligan a pedir uno, el efecto en tu salud mental será mucho más grande, porque se siente como haber entrado en la boca del lobo y no saber si podrás salir.

Por ello, es importante ver a los préstamos como lo que son: una herramienta financiera que puede ser útil si se utiliza con responsabilidad. Como toda herramienta, tiene un efecto bueno o malo según qué hagas con ella. 

Para hacer buen uso de los préstamos, considera estos tips:

  • Pide dinero solo si realmente lo necesitas. Un préstamo no es dinero fácil, sino que es una responsabilidad. Consideralo para gastos necesarios, urgentes o grandes, pero no para usos cotidianos.

  • No pidas más de lo que puedes pagar. Ten en cuenta tus ingresos mensuales y tus gastos fijos, como la renta, la comida, los servicios, etc. El dinero que sobra cuando ya has pagado todo lo básico es la cantidad que tienes disponible para pagar el préstamo. Evita pedir préstamos cuyo pago mensual sea superior a esa cantidad.

  • Evita pedir varios préstamos al mismo tiempo. De ser posible, trata de pagar un préstamo en su totalidad antes de pedir el siguiente.

  • Presta atención a los intereses. Estos determinan cuanto tendrás que pagar al final y mientras más altos sean, más caro te saldrá el préstamo. Elige uno que tenga los intereses más bajos que puedas encontrar. 

  • Siempre paga a tiempo. Asegúrate de tener el pago mensual puntualmente en cada fecha de pago y, si la entidad lo permite y tienes los medios, paga más del mínimo para amortizar el préstamo más rápido.

  • Si no puedes pagar a tiempo, negocia extensiones del plazo. Siempre habla con la entidad financiera y solicita más tiempo para pagar. Así, evitas que te cobren intereses más altos por moratoria.

  • Si tienes varios préstamos, paga el de interés más alto primero. Ese es el que hace crecer tu deuda más rápido, así que mientras más pronto lo pagues, mejor. Los otros préstamos también continuarán acumulando intereses, pero a un ritmo menor. 

Ahora, puede que ya estés experimentando uno o varios de los efectos negativos que describimos arriba. Si ese es el caso, hay que comenzar por darse cuenta de una cosa: tener deudas no te hace peor persona, ni es motivo para avergonzarse. Simplemente es una situación que debes resolver y nada más.

Algo que puede ayudarte a sentirte mejor es crear un plan. Busca opciones para pagar tus deudas, elige la que más se adecue a tu situación y crea un plan de acción detallado. Incluso ponlo por escrito para que quede constancia. Tener un plan te da una guía y puede ayudar a reducir la sensación de que no hay salida. Ya sabes a donde ir, así que solo te queda tomar acción.

Mientras pones el plan en práctica, hay otras opciones para tratar de manejar tus emociones de mejor forma. El ejercicio físico es una buena forma de despejar tu mente y liberar tensión, puede ser desde algo tan simple como una caminata diaria hasta algo más elaborado como comenzar a hacer yoga regularmente. También puedes practicar meditación o hacer algún pasatiempo relajante como puzzles, colorear o tejer.

Sea lo que sea que decidas hacer, lo importante es que te permita vaciar tu mente y dejar de pensar en el dinero. Estas actividades te ayudarán a concentrarte en el aquí y ahora: el movimiento de tu cuerpo, el flujo de tu respiración o el movimiento de tus manos mientras haces alguna actividad. 

Ahora sabes que los préstamos no son buenos ni malos y que tener deudas no determina quién eres. También sabes cómo hacer buen uso de los préstamos y estrategias para manejar tu estrés o ansiedad. Con estas herramientas será más sencillo afrontar los préstamos y las deudas sin dejarte vencer por las emociones negativas. 

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