Las tarjetas mixtas débito-crédito combinan funciones de ambas: permiten pagar con fondos disponibles en la cuenta (débito) o usar una línea de crédito (crédito). Ofrecen flexibilidad en los pagos y en el acceso a fondos, facilitando la gestión financiera con una sola tarjeta.
Los bancos comienzan a ofrecer en el mercado un producto mixto que combina opciones de crédito y débito en un solo plástico, lo que permite a los clientes elegir qué opción usar en cada momento con el riesgo de deuda asociado. Las entidades bancarias proponen a los clientes seguir utilizando ambos métodos de pago- la tarjeta de crédito y la de débito- sin tener dos tarjetas: con una tarjeta mixta.
Este tipo de tarjeta mixta permite que se pueda pagar una compra de una sola vez, así como liquidarla en cuotas mensuales a final de mes, con o sin intereses. También se ofrece que se pueda hacer retiros a débito y a crédito desde sus cajeros automáticos. Una especie de dos en uno.
Su funcionamiento depende del banco que las esté comercializando, por lo que es importante comprender cómo funciona y elegir el método de pago correcto antes de usarlo. De lo contrario, se podría empezar a financiar una compra sin darte cuenta y creyendo que estás pagando a débito, lo que supondría costes adicionales.
En algunos casos, se puede seleccionar un método de pago (débito o crédito) al momento de pagar la compra. Otras tarjetas, en cambio, permiten elegir un sistema de pago estándar y luego decidir si se quieres abonar una compra en concreto de una forma diferente a través de la app del banco.